martes, 1 de febrero de 2011

LEJANÍA (Alejandra Pizarnik)

Mi ser henchido de barcos blancos.
Mi ser reventando sentires.
Toda yo bajo las reminiscencias de tus ojos.
Quiero destruir la picazón de tus pestañas.
Quiero rehuir la inquietud de tus labios.
Porqué tu visión fantasmagórica redondea los cálices de estas horas?

El estilo de Freud.

...Aquí puede situarse el interesante caso en que la felicidad en la vida se busca sobre todo en el goce de la belleza, dondequiera que ella se muestre a nuestros sentidos y a nuestro juicio: la belleza de formas y gestos humanos, de objetos naturales y paisajes, de creaciones artísticas y aún científicas. Esta actitud estética hacia la meta vital ofrece escasa protección contra la posibilidad de sufrir, pero puede resarcir de muchas cosas. El goce de la belleza se acompaña de una sencación particular, de suave efecto embriagador.

Buenos Aires

Ciudad mágica, ideal
caja de sorpresas para mi mirada absorta
noche poblada de soñadores seres;
misterio, bullir apasionado.
Cafés proyectados, prolongados;
llenos de voces y de miradas que se buscan
o se eluden...
Solitarios noctámbulos, callados,
esperando a nadie
o compartiendo sueños.
Cine, pasión desenfrenada de nosotros;
críticos improvisados de trasnoche;
que se deleitan, discuten, enarbolan
cien comentarios que muestran sus anhelos.
Buenos Aires, donde siempre Fellini será "el mago",
mote  gastado y redundado, en ningún lugar tan cierto.
Mística ciudad, palpitante...
tímida y desenfadada.
Vanguardista a veces,
otras demorada, en el pasado
de un tango de Pichuco
o en el presente de un tema de Piazzola.
Hipnotizada por el hechizo de tus noches,
te busco a tientas en mi noche provinciana;
te adivino, detrás de cada puerta...
al doblar de cada esquina...
Entre las penunmbras de un espejismo inalcanzable.